El pasado miércoles, terminada la Eucaristía, los miembros de la comunidad parroquial ofrecieron una fiesta sorpresa al Párroco y sus padres con motivo del Día de San Juan Bautista.
En un ambiente festivo, no faltaron los postres, la tarta, regalos y, como siempre, la alegría. Una comunidad que sabe hacer fiesta en la Misa y en la mesa es una comunidad en la que habita Dios.
DESDE AQUÍ, GRACIAS POR EL CARIÑO INMERECIDO Y BENDICIONES PARA TODOS LOS QUE FORMAN ESTA PARROQUIA, NUEVA EN SU EDIFICIO, PERO VETERANA EN SU MANERA DE TRATAR BIEN A SUS PASTORES.