En el día de ayer, a las 20:15 horas, se reunieron la mayoría de los miembros del pleno del actual Consejo Pastoral Parroquial. En él, de forma monográfica, se trató el tema de la renovación de los consejeros a tenor de los estatutos del mismo, que establecen que dicha renovación debe llevarse a cabo cada cuatro años o, como mucho, cada ocho. Sabiendo que al cesar un Párroco, cesa también su Consejo, hasta que el nuevo Párroco ratifique o renueve a sus integrantes.
Pasados dos cursos, el Párroco cree conveniente renovar el Consejo y decide hacerlo presentando, en primer lugar, los Estatutos y estableciendo un calendario para, en enero, proceder a la constitución del nuevo.
Desde este blog, quiero agradecer la labor desempeñada, hasta el momento, por los que formaban el Consejo Pastoral Parroquial. Gracias por la actitud de servicio y de compromiso con la vida de las Parroquias y, puesto que todos estamos en camino y nos necesitamos, espero seguir contando con vuestra ayuda en este itinerario, ayuda que se demuestra en saber elegir a los nuevos miembros y en hacer una transición "cristiana", es decir, nada traumática, ni polémica. Al final, estas experiencias de "estar de paso" en las estructuras eclesiales, nos ayudan a entender, también, que nuestra propia existencia es un tránsito a la vida eterna... Así me lo tomo yo como Párroco.
No sé quiénes serán los nuevos que constituyan el Consejo Pastoral Parroquial pero, invito a toda la Parroquia, a que recemos por ellos para facilitar la claridez en su elección y para que, en el futuro, sea más fácil que cuenten con nuestra lealtad y apoyo en su tarea.
