viernes, 6 de diciembre de 2013

IN MEMORIAM

 
     En este día triste para la humanidad por haber perdido a uno de sus líderes más carismáticos, que supo hacer del diálogo y el perdón el mejor cimiento de la libertad y del futuro, quisiera compartir con ustedes un poema que, según él mismo, recitó muchas veces en la celda en la que pasó 27 años de su vida, privado de "libertad externa", pero alimentando la "libertad interior". Fue un "preso-libre" que, demostró, que la verdad y la justicia siempre se abren caminos, aunque tengan que derribar los muros y cercas que la oprimen...


En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.

Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.

No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuan recto halla sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:

Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.