Hoy, día en el que la Iglesia celebra la Resurrección del Señor, convertimos este hueco del blog en una oración sincera y esperanzada por D. Felipe, nuestro Obispo emérito. Fue una mediación de Dios para nuestra Iglesia Diocesana y, aunque su trabajo será recordado en diferentes medios de comunicación, aquí sólo queremos dar gracias a Dios por lo que hizo por San Francisco, El Pilar y Santiago Apóstol.
Su amor por estas parroquias y sus párrocos es indudable, así lo mostraba en distintas ocasiones. Célebre son sus homilías en las ordenaciones de presbíteros "anuales" en la Plaza de San Francisco, sus referencias a la fuente de dicha plaza para evocar el poema de San Juan de la Cruz.
Indudable, también, fue su afecto a la persona y al trabajo pastoral y vocacional de D. Juan Dionisio Pérez Álvarez, de quien hablaba a todos, valorando su profunda vida espiritual.
D. Felipe fue el Obispo que confirmó a muchos fieles de estas comunidades, el que se preocupó de que no faltaran sacerdotes que nos siguieran "alimentando" con la celebración de los sacramentos, el que ordenó sacerdote al Párroco actual y el amigo de muchos de los que viven en las calles que forman nuestras parroquias.
Por todo ello, sumándonos al reconocimiento y agradecimiento diocesano por su Padre, Amigo y Pastor, desde aquí, GRACIAS SEÑOR POR D. FELIPE, TEN MISERICORDIA CON SUS DEBILIDADES Y ACOGE, GENEROSO, LA ENTREGA SACRIFICADA Y FRUCTÍFERA DE SU MISIÓN, SEGÚN LA VOCACIÓN A LA QUE TÚ LO LLAMASTE.
En la foto se ve a D. Felipe en una Exposición del Santísimo en San Francisco. Los que se miraron "sacramentalmente" en el tiempo y en la historia, ahora se contemplan, para siempre, en la eternidad del Amor. No olvidemos que "la visión de Dios es la plenitud del ser humano"...