MADAGASCAR: Trabajando en el basurero, el Padre Pedro Opeka, misionero lazarista, se ha ocupado de devolver a los más pobres de Madagascar su dignidad de hijos de Dios con alimento, vivienda, educación y formación. Él mismo dice: "En una de las 800 familias que vivían en este vertedero, habían fallecido siete niños. ¿Qué podemos decirle a una madre que ha perdido siete hijos? Nada. Podemos tomarle la mano y decirle 'Madre, si tienes todavía un hijo te ayudaremos para que él pueda vivir'".